Corriendo en compañía

Hoy, 18 Noviembre del 2012, es otro de esos días más para recordar como irrepetible e inolvidable. He corrido junto a mis compañeros del Club Evolution la XIII Carrera popular de Grutear en Alcalá de Henares con una distancia de 10 km. Antonio, nuestro entrenador, se ha dejado caer en el encuentro  para calentar con nosotros y en mi caso, hacerme de liebre. Pues, sin más, os contaré experiencias. Iniciamos con un calentamiento y estiramiento coordinado por Antonio, dando paso a la carrera.  José Antonio y Rafael, compañeros del Club, se colocaron junto a mí cogiendo una posición bastante retrasada en la salida, eso nos hizo desgastarnos bastante al intentar adelantar a gente subiendo y bajando ritmos.

No obstante, logramos conseguir los dos primeros kilómetros a 4 minutos y una vez asentados en plena carrera, pasando el km 2, Antonio se colocó junto a nosotros y nos empezó a dar pequeñas y puntuales indicaciones como:

-¡Bien chavales, vamos a 4!

¡Genial! Mantener ritmo. Vamos muy bien de tiempo.

El km 3 lo corrimos  a 3:57, el km 4 a 3:58 y el km 5 a 3:49.

En el km 4 José Antonio se descolgó un poco y al paso por el Km 5 Rafa también bajó un poco su ritmo. Me quedé yo solo con Antonio. Ahí fue cuando percibí el gran corazón de Antonio, porque ese día corría para mí. A partir del  km 6 es cuando verdaderamente me di cuenta que estaba haciendo de liebre, porque adaptaba su ritmo al mío y eso, sencillamente, es muy admirable. El km 6 lo corrimos a una media de 3:54, el séptimo a 3:49. Los mensajes de Antonio eran muy positivos. Me decía:

-¡Perfecto Rubén! Llevas la respiración idónea. Menudo carrerón, apretamos en los dos últimos kilómetros, eso fijo.

Mis palabras hacia él eran pocas y precisas diciéndole:

-¡No me apretes mucho, Antonio!

El km 7 sacamos de media 3:49 y en el km 8, 3:55.

Este penúltimo kilometro Antonio lo llenó de mensajes positivos:

– Rubén, vamos más rápido de ritmo pero hay que mantenerse. ¡2 kilómetros y esto se termina! Ponte detrás de mí, hace viento. Estoy orgulloso de ti. Éste es tu día. Temperatura perfecta y una respiración muy buena.

Al llegar al kilómetro 9, Antonio me comentó:

– Venga, rodeamos la plaza y terminamos con esto.

A  los 800 metros de meta recuerdo que Antonio me miró y me dijo:

-Bueno Rubén, nos hacemos una serie de 800.

Mi mente se traspasó a la pista de atletismo donde solemos entrenar y pensé en dos vueltas a la pista y ya está. Al llegar a los últimos 200m Antonio me abandonó, retirándose del circuito para que yo entrase a meta. No obstante, me dio un último mensaje de una sola palabra:

– CORRE.

Y eso fue lo que hice, correr, dejando el km 9 en una media de 3:38, entrando en meta rompiendo asfalto (ver segunda foto) en un tiempo total de 38:56.

Antonio, hoy,  mi Ángel de la guarda, sin duda alguna, fuiste tú.

 

 

Rubén Corbacho Delgado

 

 

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