New Balance Hierro v3

La firma de Boston nos tiene acostumbrados a numerosos cambios en sus colecciones temporada tras temporada. En el caso de la Hierro no es solo un cambio, es una renovación total, de tal modo que esta nueva Hierro v3 solo conserva el nombre de su antecesora.

Así que lo que vas a leer a continuación es un análisis de una zapatilla completamente nueva. ¿Es mejor o peor que su antecesora? Solo el tiempo y los runners lo dirán, pero de momento os avanzo que no pinta mal.

SUELA:

El compuesto de la suela sigue siendo el Megagrip de Vibram como en la Hierro v2 pero con un taqueado notablemente más agresivo, con tacos de más profundidad. La anchura de la suela también es mayor, con 117 mm en la parte de los dedos y 89 mm en la zona del talón, por lo que gana en estabilidad y proporciona una superficie de contacto mayor que se ve reflejada en un agarre superior a la Hierro v2.

En las zonas laterales el taqueado se vuelve algo más agresivo para dotar de mordiente en las situaciones en las que nos veamos obligados a usar esa zona para aferrarnos al terreno, normalmente en laderas que atravesemos transversalmente y comprometan la sujeción.

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MEDIA SUELA:

Uno de los cambios que había llegado con la Hierro v2 era el drop de 4 mm, que ahora se marcha de nuevo con esta Hierro v3 que pasa de nuevo al drop de 8 mm. Ya sabemos el resultado del aumento de drop en el calzado: apoyo más desplazado hacia la parte trasera y  mayor protección del tendón de Aquiles, sóleo y gemelo al quedar más descargados. Este aumento de drop no se percibe demasiado ya que el perfil de la Hierro v3 ha sido rebajado con respecto a la v2, pasando a contar con 16 mm en el antepié y 24 mm en la zona del talón. La perspectiva visual es totalmente diferente, de hecho la Hierro v3 parece aún más “gruesa” que la Hierro v2, pero esto se debe a que la media suela se prolonga hacia arriba, envolviendo el upper y creando una especie de “cuna” que se percibe al colocar dentro el pie, sobre todo en la zona del talón.

Otro de los cambios es el aumento de Rocker de esta Hierro v3. El Rocker es el ángulo que describe la puntera de la zapatilla, y en esta v3 se ha subido buscando recuperar algo del dinamismo que la subida de drop le había hecho perder.

En cuanto a la amortiguación, sigue estando confiada al sistema Fresh Foam, concebido en este caso bajo el concepto Data to Design, que consiste en analizar los puntos de presión más significativos en los pies de un amplio muestreo de corredores, para luego diseñar la media suela en relación a esos datos y conseguir que el material se comprima más o menos en función del lugar de la media suela en que va colocado.

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UPPER:

Quizá sea la parte que más atención recibe en el primer vistazo que le damos a la Hierro v3, y esa atención no es gratuita, se la ha ganado a pulso, ya que miremos donde miremos vemos detalles nuevos que captan nuestra atención y demuestran que estamos ante una zapatilla no solo muy diferente a su antecesora, si no a sus competidoras de otras marcas.

Empezando por el tejido que forma el upper, destaca un recubrimiento en TPU denominado HipoSkin. Este recubrimiento es gomoso y cubre una gran parte de la malla que está debajo, dejando a la vista ésta por pequeños agujeros ovalados que ayudan a la flexión del upper. La primera impresión es que este recubrimiento nos protegerá mucho mejor ante el agua que el upper de la Hierro v2 y lo cierto es que es así en parte. Si sometemos la Hierro v3 a salpicaduras o incluso una lluvia leve sale bastante mejor parada que su antecesora, pero si la lluvia se torna intensa o metemos directamente el pie en un charco nos daremos cuenta de que la percepción de impermeabilidad que habíamos tenido al principio se desvanece a la misma velocidad a la que el agua entrará dentro de la Hierro.

Este punto no deja de ser una ventaja en invierno, ya que la Hierro v3, aunque sin ser ni de lejos impermeable, si nos ofrece una protección mayor frente al agua y el viento frío. Pero, ¿qué pasará en verano? Pues como es lógico, el nuevo upper es algo menos transpirable que la versión anterior, por lo que si pensamos usarla todo el año, es mejor que seamos poco sudorosos o al menos contemos con nuestros calcetines más transpirables como aliados.

Otra de las partes a donde la mirada se dirige irremediablemente es al botín que envuelve el tobillo. La palabra botín realmente está bien utilizada ya que esa es la sensación envolvente que tenemos al meter el pie, de hecho, la Hierro v3 ni siquiera cuenta con una lengüeta propiamente dicha, es todo un calcetín interno, fabricado en un material elástico que se adapta al pie. El resultado es una sujeción muy buena a nivel de tobillo y tendón de Aquiles, además, el botín hace en parte las veces de polaina, evitando la entrada de polvo y pequeñas piedras en el interior del calzado.

Al no contar con lengüeta, el acolchado es menor en la parte del empeine, por lo que New Balance ha optado por cordones planos que evitan en gran medida el exceso de presión sobre esta parte. En lugar de llevar ojales para los cordones lleva pasadores, lo que permite un reparto de la presión de la lazada bastante homogéneo en toda la zona. En el interior se sigue contando con la plantilla de Ortholite, pero en esta v3 se engrosa, pasando de 4 mm a 6 mm, aportando un extra de amortiguación y comodidad.

CONCLUSIÓN:

Como decíamos al principio, es casi hablar de una zapatilla nueva, no de la sucesora de la Hierro v2 sino de un modelo diferente, pero eso no es malo. En algunos casos es mejor. Es cierto que la nueva Hierro v3 ha ganado peso con respecto a su antecesora, pasando de los 325 grs a los 340 grs. y no solo eso, también ha aumentado el drop de 4 mm a 8 mm., lo que sin duda afecta mucho a su comportamiento.

Sin embargo, esta Hierro v3 ha conseguido un equilibrio casi perfecto en su función de zapatilla de trail. La podemos encuadrar sin duda en el concepto “door to trail”, es decir, esa zapatilla que te la pones en tu casa en medio de la ciudad, sales del portal y te diriges a tu zona de entrenamiento en montaña, pero para ello tienes que pasar, por asfalto y caminos sencillos antes de pisar terreno de verdadera montaña. Pues bien, resulta que cuando vas corriendo por asfalto, su amortiguación de gran recorrido y tacto acolchado (algo a lo que también contribuye la nueva plantilla más gruesa) hace que te sientas cómodo y cuando por fin pisas montaña, la suela Vibram, con su taqueado de gran agarre y su buena estabilidad hacen que realmente notes que lo que llevas es una zapatilla técnica de trail.

Decíamos antes que el equilibrio conseguido es casi perfecto, y no llega a ser perfecto del todo por un par de detalles. La generosa anchura de horma y el upper en forma de botín hacen que el pie se mueva dentro de la zapatilla algo más de lo que nos gustaría. Se podría pensar que eligiendo media talla menos la cosa quedaría solucionada, pero la forma de la puntera algo más cerrada y el grosor de la plantilla hacen que nos tengamos que mantener en nuestra talla habitual o en algunos casos puede que hasta aumentar media talla.

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