New Balance suele ser una marca que apuesta por la innovación constante y el cambio de sus colecciones buscando adaptarse a las necesidades de los clientes.
Su zapatilla más significativa dentro de la gama de entrenamiento es la 1080, que lleva varios años dentro del catálogo de NB desde que sustituyó a la antigua 1064. Lo que ocurre en el caso de este modelo es que, con esta, lleva tres temporadas manteniéndose prácticamente inalterado, lo cual no es malo, ya que el funcionamiento en líneas generales es bueno, pero da la impresión de que va un poco en contra de la tendencia innovadora de la marca.
Aunque de entrada esto puede parecer una crítica, hay que dejar claro que desde que apareció la 1080 v6 y se incluyó el sistema Fresh Foam, la zapatilla mantiene unas prestaciones muy altas, por lo que sigue compitiendo con sus rivales de otras marcas sin sonrojarse.
Por otro lado, que no haya habido una gran revolución en la 1080, no quiere decir que la zapatilla sea idéntica año tras año. De hecho en esta 1080 v8 se han pulido detalles importantes.
Veamos cuales son los cambios que afectan a esta nueva 1080: