Quizás muchos no lo sepan y otros quieran ignorarlo, pero fue Nike quien inventó la zapatilla de running amortiguada tal y como la conocemos hoy en día. No queremos decir que inventasen el atletismo, ni que antes de ellos se corriera descalzo, pero hay que reconocerles el mérito de desarrollar y comercializar una zapatilla de running con los estándares que hoy en día siguen vigentes. ¿Y cuál fue esa pionera? Pues efectivamente, la Nike Pegasus, que en el año 1983 veía la luz de sin saber que iba a convertirse en el modelo más longevo del mundillo del running, llegando en este año a su edición número 32.
Para ser fieles a la realidad, hemos de decir que aparte del nombre, poco queda de 
aquella zapatilla primigenia (en foto, a la derecha). Hoy nos encontramos ante una zapatilla moderna de primer orden, preparada para competir con las mejores de su especie. Y precisamente por eso vamos a analizarla…
Mediasuela
Después de muchas evoluciones, Nike cree haber conseguido el compuesto de EVA que mejor le sienta a sus zapatillas, hablamos del Cushlon. Dicho compuesto no es sino EVA moldeada, de similares características a la que usan otras marcas, tendiendo a proporcionar un tacto blando y acolchado, que suele ser muy bien valorado por el cliente fiel a Nike y a este modelo en concreto.
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Junto a este compuesto, nos encontramos con la cápsula Zoom Air en el talón. 
Llegados a este punto, creemos que es necesario romper un mito: cuando hablamos de “Nike Air” a la mayoría de nosotros nos viene a la cabeza la típica ventanita de las Air Max de toda la vida y es posible que le digamos al vendedor: “prefiero que no me des Nike porque se me puede pinchar la cámara”. Pues bien, esto no es verdad.
La tecnología Zoom Air efectivamente contiene aire, pero es una cápsula de gran dureza y resistencia colocada en la mediasuela de Cushlon, siendo de hecho más dura que el mismo Cushlon y por tanto más difícil de dañar. Además, dentro no solo encontramos aire, gran parte del funcionamiento de la cápsula (de hecho la parte más importante) recae sobre un entramado de fibras que reaccionan absorbiendo el impacto en el apoyo y devolviendo la energía en el despegue.
Suela
Durabilidad, tracción y, aunque menos conocida, guiado de pisada. Estas son las tres funciones básicas que toda buena suela debe desempeñar con solvencia. ¿Lo consigue la Pegasus?
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Realmente la suela está muy desarrollada, pudiendo diferenciar entre cinco diferentes diseños a lo largo de la misma, cada una con su función específica. La pieza más 
separada del talón ayuda en el aterrizaje, Es una de las zonas de mayor fricción y básicamente lo que encontramos son hendiduras diseñadas para facilitar el apoyo. Sin perder adherencia.
En la zona interior de la suela y bajo el puente ya tenemos tacos que nos ayudaran a traccionar. Son de un tamaño pequeño, aunque en la zona del metatarso que es donde se realiza la mayor fuerza de tracción. El diseño de la suela es de tipo waffle y es en esta zona del metatarso donde se aprecia mejor el tipo de taco que define a este diseño utilizado por todos los fabricantes de zapatillas de correr. En la parte más delantera de la puntera hay unos tacos mucho más pequeños, buscando aprovechar ese agarre final para mejorar la impulsión.
En la zona externa encontramos unas hendiduras pensadas para guiar la pisada denominadas Crash Rails.
Upper
La malla “Engineered Mesh” se ha convertido en una referencia para otras marcas a la hora de confeccionar sus upper. Consiste en un material de hilo que puede ser más o menos tupido dependiendo de la zona donde esté colocado para dar mayor sujeción donde se necesite y más transpirabilidad donde sea necesario.
Aunque hablando de sujeción y ajuste, el principal encargado de cumplir esa misión es el “Flywire”, unos tensores elásticos que al apretar los cordones envuelven el pie a la altura del empeine, proporcionando una sensación real de ajuste que se sitúa por encima de la media de su competencia.
El interior solo está compuesto por dos piezas y una única costura, ejerciendo ese efecto “calcetín” que dificulta la aparición de molestas zonas de fricción, la lengüeta va directamente cosida a la estructura, evitando que se mueva a los laterales, algo que en otras marcas es común, al tiempo que muy molesto.
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La plantilla interior es extraíble y de una calidad aceptable para tratarse de una gama media, proporciona una buena amortiguación y si somos plantilleros, podemos sustituirla por nuestras plantillas a medida con mucha facilidad, ya que la horma de la Pegasus es más que suficiente.
El contrafuerte del talón está presente pero camuflado bajo una capa textil, dando una imagen más limpia de la zapatilla, pero haciendo igualmente su función de estabilización de tan delicada parte del corredor.
3,2,1… ¡Acción!
Nada más ponerlas en el pie, la mayoría de corredores se notarán envueltos en un entorno cómodo, bien amortiguado y con sensación de ligereza, sobre todo provocada por el upper fabricado en Engineered Mesh, que aporta una sensación de calcetín que suele resultar agradable para la mayoría de los corredores a los que hemos consultado. Como decimos, es más una sensación que una realidad, ya que puesta sobre la báscula solo rebaja el peso de su antecesora en 4 grs.
El taqueado de la Pegasus permite rodar con seguridad tanto por asfalto como por caminos de tierra, se puede usar para tiradas más o menos cortas y no son alérgicas a ritmos moderados y rápidos, aunque no los facilitan mucho, desde luego no tendremos la sensación de que nos estorban.
Conclusiones
Nike Air Zoom Pegasus 32 es una zapatilla de entrenamiento para corredores de pisada neutra o usuarios de plantillas con una muy buena relación calidad/precio. Su hábitat son los entrenamientos en asfalto y tierra, pero su buena respuesta nos puede permitir competir con ellas, siempre que busquemos comodidad y ritmos que no bajen de 4´ el km, frontera a partir de la cual ya pueden empezar a resultarnos poco reactivas. Para ser una zapatilla de entrenamiento bien amortiguada, nos agrada ver que sólo pesa 308gr. en un 44 de hombre o 244gr en 39 de mujer.
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